jueves, 30 de agosto de 2018

EL ARTE DE LAS EVASIVAS: UN MENSAJE OCULTO





EL ARTE DE LAS EVASIVAS: UN MENSAJE OCULTO 

¿Quién no ha recurrido, en más de una ocasión, a una socorrida evasiva? Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos visto, obligados o no, a practicar con mayor o menor éxito la técnica de las evasivas.

Hay que reconocer que hay sujetos que presentan un claro y evidente dominio de las evasivas convirtiéndolas en un verdadero arte en asertividad, persuasión y carisma.

El artista presenta alto grado de autocontrol y pleno dominio del lenguaje no verbal;  te mira a los ojos; te sonríe si es necesario, o por el contrario se presenta con semblante serio para dar más credibilidad a su personaje dominante. A continuación, entramos en la secuencia “duda” aunque captemos la esencia del mensaje y percibamos que se trata de una dulce evasiva nuestro corazón, nuestra meta, nuestra ilusión repetirá una y otra vez en nuestro subconsciente ¡Siempre tendremos París!

¿Te has preguntado alguna vez qué se esconde tras una evasiva?

En definitiva una evasiva siempre encierra un ¡NO! disfrazado en algunas ocasiones de arlequín, y en otras, de gala; un desentenderse, un rechazo, un fallo negativo por mucho que nos cueste aceptarlo. Lo demás son píldoras de aliento y de expectativas, porque como bien reza en nuestro refranero español “La esperanza es lo último que se pierde”.

Para descifrar si una respuesta es sincera o se trata simple y llanamente de una escapatoria, deberemos prescindir de hacer evaluaciones de manera aislada, para ello, lo haremos simultáneamente con la desprendida y la inestimable información que nos ofrece el lenguaje no verbal, éste nos ayudará a realizar una lectura más precisa y certera; posición y orientación de los pies y el cuerpo, mirada, manos, brazos, boca, cejas, pupilas,…

Tipos de evasivas las hay de lo más variopintas. Las hay inteligentes, meditadas y espontáneas.

INTELIGENTES: Aquellas excusas que valiéndose de habilidades  sutiles y artísticas sortean situaciones previsiblemente comprometidas o de dificultad inquietante.

Objetivos:

* Intentar salir triunfante de aprietos con agilidad y delicadeza sin que la otra parte se sienta ofendida o rechazada.

* Buscar en el tiempo un gran aliado.

* Mostrar cierto dominio de la situación.

* Dejar puertas abiertas para intereses futuros.

 Van acompañadas de una aparente seguridad en sí mismo y una convincente representación escénica.

 MEDITADAS: Son justificaciones ponderadas con cuidado y esmero que no dan lugar a que el destino actúe a su capricho. Se generan ante situaciones de incertidumbre que resultan clarividentes o presentan duda o miedo ante lo que puede acontecer.

Objetivos:

* Intentar salir triunfante de aprietos con agilidad y delicadeza sin que la otra parte se sienta ofendida o rechazada.

* Buscar en el tiempo un gran aliado.

* Intentar mostrar cierto dominio de la situación.

* Dejar puertas abiertas para intereses futuros.

* Previsión, control y actuación frente a actitudes previsibles.

 ESPONTÁNEAS: Son aquellos pretextos que sirven de inminente huida ante situaciones  no  contempladas con anterioridad, y que escapan de nuestro control provocando desconcierto repentino y bloqueo entre las partes actuantes.

Este tipo de justificación suele ir acompañado de argumentos vacíos, absurdos y, en ocasiones, un tanto paradójicos faltos de lógica que llegan a sorprendernos, inclusive, a nosotros mismos  - ¡¿Pero cómo se me ha ocurrido eso?!  o  ¡¿Por qué he dicho lo otro?!  
Resultan poco concluyentes y los resultados en la mayoría de los casos no ultiman con  un  ¡Fueron felices y comieron perdices! Todo dependerá de la perspicacia y, por qué no, de un rocío de buena suerte para salir airoso de una situación que en principio parecía haberse inspirado en “Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas”.

Objetivos:

* Salir como se pueda.
 Veamos a continuación algunos ejemplos de evasivas que quizá nos resulten un tanto familiares y nos hayan logrado sacar, en alguna ocasión, de un entuerto:

  • ¡Oh, cuánto lo siento pero en este momento…!
  • ¡Estoy hasta arriba de trabajo!
  • ¡Me falta tiempo hasta para respirar!
  • ¡Me lo impide…!
  • ¡Estaría encantado/a si no fuese por…!
  • ¡No sabes lo que me agradaría poder atender tu solicitud!
  • ¡He quedado!
  • ¡Este año es imposible, el año que viene será! ¿Estás de acuerdo?
  • ¡Tengo exámenes!
  • ¡Me temo que no podré!
  • ¡Acabaré muy tarde!
  • ¡Lamento tu situación, pero…!
  • ¡Eres impresionante, pero…!
  • ¡Yo en tu lugar no sé qué haría!
  • ¡Se me ha roto el coche!
  • ¡El tráfico esta mañana era muy denso!
  • ¡En este momento no puedo atenderte pero, llámame cuándo me necesites!
  • ¡Me resulta imposible ofrecer una solución a tus problemas, pero estoy seguro/a que muy pronto alguien te descubrirá y no podrá prescindir de tus servicios! ¡Ánimo, estoy contigo!
  • ¡Me resultas una persona muy atractiva, con muchos valores, muy inteligente, etc., etc., pero no ha surgido la chispa!
  • ¡Buscamos a alguien menos capacitado que usted!
  • ¡A ver si quedamos!
  • ¡Es la política de empresa!
  • ¡Otra pregunta, por favor!
  • ¡Lo consultaré con mi almohada! 

Independientemente del tipo de evasivas a las que recurramos, el resultado obedecerá a las habilidades de persuasión o carisma del individuo para salir más o menos brillante del conflicto social, emocional, laboral, familiar,  político o mediático.

En cualquier caso, y aun obteniendo los resultados opuestos a las expectativas puestas en la otra persona, es aconsejable no perder el control o hacer comentarios o gestos que delaten nuestras opiniones o pensamientos al respecto y puedan obstaculizar posibles futuras oportunidades.

Sonriamos y saquemos nuestras propias conclusiones, pero siempre, procuremos no cerrar puertas, ni herir sentimientos porque “Hay heridas que en lugar de abrirnos la piel, nos abren los ojos” Pablo Neruda.


                                                              Margarita Martínez Mechó

jueves, 16 de agosto de 2018

COMIENDO Y EN CHANCLETAS


COMIENDO Y EN CHANCLETAS

Es cierto que en época estival la vestimenta, y más aún si se trata de la playa o lugar vacacional, se relaja un poquito más. Pero hay algo que no se tendría que descuidar, en ningún caso,  si decidimos visitar un restaurante para comer o cenar. Podremos vestir más desenfadadamente, con menos abalorios e inclusive con otro estilo al que estemos acostumbrados a ir cuando acudimos a nuestro puesto de trabajo, pero hasta el punto de presentarse como si estuviésemos tomando un baño de sol ¡no!

No es la primera vez, e imagino que no será la última, que observemos a personas que asisten al restaurante ataviados con prendas que no son de lo más adecuadas. Aquí alguno de ustedes si me tuviese delante estoy segura que me trasladaría alguna o algunas de las siguientes cuestiones: “Margarita ¿qué es lo más adecuado?; ¿Quién determina lo que es adecuado y no lo es?; ¿Dónde está escrito eso?; ¿No crees que lo que es adecuado para mí, quizá no lo sea para ti? y así alguna otra cuestión más. Bien, es cierto que yo no soy quién ni estoy en disposición de determinar cómo debe ir vestido cada uno, pero sí lo estoy, desde el concepto de lo que se denomina como “buena educación”. Este tema lo abordaremos un poco más adelante.

A lo que vamos y al hilo de lo que reza en el título de este escrito “Comiendo y en chancleta”. Hay actitudes que sobrepasan los límites y me gustaría hacer mención especial al momento cuando los comensales ocupan cada uno su lugar en la mesa, se disponen cómodamente en sus sillas y a continuación y tras una exhalación profunda y sonora seguida de un ¡Ay! se desprenden, literalmente, de sus inadecuadas chancletas dejando sus pies libres de toda atadura. Pero esto no es todo, algunos llegan a entrecruzar las piernas y colocar sus pies en el asiento de la silla, como si de contorsionistas se tratara, llegando si se tercia, a acariciar sus cansados y torturados pies.  ¡Vaya! Y por si esto no les parece suficiente despropósito y mientras nos sirven la comida ¿por qué no revisar la chancla por si tiene algún desperfecto? Dicho todo esto así quizá les parezca una exageración por mi parte, pero si por un ratito se detienen a observar lo que acontece alrededor de su mesa comprobarán que no se trata de conductas emanadas de mi imaginación. 

Los zapatos, sandalias o con lo que decidan vestir sus pies, debe permanecer ¡siempre en los pies! mientras se esté realizando el sagrado acto de comer. Por cierto, se aconseja el uso de chanclas en casa, en la playa, en el spa  o en la piscina.

Entramos de nuevo en lo que nos habíamos dejado pendiente referente a la vestimenta. Tengamos siempre presente que por muy pocos tenedores, o ninguno, que haya obtenido el restaurante al que decidamos acudir, no es muy correcto acudir en ropa de baño o con sugerentes caftanes (en el caso de las señoras) o bañadores por muy de moda o de marca que sean (en el caso de los señores). En todo caso procuraremos siempre, por mucho calor que haga y aun estando en casa, cubrir nuestro cuerpo y nuestro torso, tanto hombres como mujeres cuando vayamos a sentarnos a la mesa, al acudir al chiringuito de la playa o a la cantina de la piscina.

Esto es tan solo una pincelada de todos los desaciertos que se pueden observar en torno a una mesa.

Si a ustedes les apetece, para mí será un placer volver a encontrarnos en este espacio dedicado al “Saber Ser, Saber Estar y Saber Hacer”.

¡Disfruten de unas refrescantes vacaciones!


                                                           Margarita Martínez Mechó

viernes, 20 de abril de 2018

¿GRACIA O BURLA?




¿GRACIA O BURLA?






¡Por fin, estamos en primavera! Y con la primavera florecen los eventos: bodas, comuniones, fiestas populares, comidas de empresa,… y con ellos (los eventos) algunos graciosos hirientes, groseros y humillantes con su humor desafortunado.

La RAE define “buen humor” como:
1.    m. Propensión más o menos duradera a mostrarse alegre y complaciente.

“complaciente”
Adj. Que complace o se complace
1.      Propenso a complacer

¿Qué sucede cuando uno opta por utilizar un humor auto complaciente? Pues muy sencillo, lejos de lo que podría ser una oportunidad placentera para todos los asistentes, se convierte en un momento tenso y áspero deseoso de que las agujas del reloj giren a una velocidad vertiginosa.

Los comentarios sarcásticos pone en evidencia las carencias de quien los practica: educación, respeto, buen gusto, autoestima, empatía y buenas prácticas, es decir,  el saber ser, el saber estar y el saber hacer tal y como reza en el título de mi blog.

El “buen humor” utilizado en proporciones adecuadas, con las personas adecuadas y en las situaciones adecuadas es un importante agente socializador.

No olvidemos que reír la gracia o la burla implica convertirnos en cómplices de las palabras o actos de otros.

Si los comentarios que vayamos a pronunciar van a sembrar la discordia es preferible practicar el silencio y la escucha activa.

¡Buen fin de semana y felices eventos!

Margarita Martínez Mechó

domingo, 28 de enero de 2018

¡MENOS GRITOS, MILAGRITOS!





Si me permiten, comenzaré mi artículo parafraseando a Enrique Jardiel Poncela “Todos los hombres que no tienen nada importante que decir hablan a gritos”.

El individuo que grita desconoce el arte de escuchar activamente y de mostrar empatía hacia los demás, por tanto, debemos ser analíticos con nosotros mismos, intentando  encontrar el factor o factores que nos llevan a levantar la voz de manera sistemática, en torno a los 70/80 decibelios, equivalente al ruido que ocasiona el tráfico intenso de una ciudad en hora punta.
Si tu mensaje es rico en contenido, no tendrás que recurrir a levantar o esforzar la voz de manera exacerbada  para ser escuchado, antes de alzar la voz, deberás plantearte si resulta conveniente que mejores los argumentos de tu mensaje.

Algunos,  descubrieron en la voz una potente arma para imponerse y defenderse del eterno perturbador, disconforme e incesante diálogo de su mundo interior. Vocear es exhalar el ruido interno liberando la ira, la rabia y la energía contenida propia de cuando se pierde el control emocional.

Gritar es como pintar un cuadro abstracto donde solo su autor conoce su significado, mientras los demás, lo intuyen sacando sus propias conclusiones. Seamos prudentes con la intensidad de la voz que utilicemos, ya que, puede ocasionar reacciones de repulsión en nuestro/s  interlocutor/es.

Continuando con el símil de la pintura, cuando nos comunicamos  estamos pintando nuestro autorretrato en un paisaje de angustia o de quietud, de esperanza o  de desconsuelo, de paz o de desazón, de superficialidad o de profundidad, de luces o de sombras, de calidez o de frialdad… Un lienzo donde se plasma nuestras alegrías y penas, arrojos y temores, intenciones y despropósitos, motivaciones y desalientos, ilusiones y desengaños...

En ocasiones, el grito es utilizado como herramienta para liderar individuos, equipos o masas, pero pretender alcanzar el liderazgo haciendo estallar nuestras cuerdas vocales, no resulta la manera más productiva, ni eficaz de ver satisfechos y cumplidos nuestros objetivos.

No olvidemos la diferencia existente entre hablar fuerte de manera contundente y/o con firmeza  y vociferar.

Por otro lado, resulta contraproducente la utilización del grito como hábito adquirido, ya que,  resta eficacia a la comunicación e interfiere en las relaciones interpersonales produciendo efectos nocivos fisiológicos y psicológicos, tanto en el que emite el grito,    como en la persona o grupo de personas a las que va dirigido.

Cultivar emociones positivas servirá de estimulante para equilibrar nuestro propio yo.

En cualquier caso, elude todo tipo de provocación o intimidación intentando controlar tus impulsos y, desviando la mente hacia situaciones o actividades que te distraigan y neutralicen el escenario en el que te has visto envuelto.

El talento no se mide en decibelios sino en la calidad del saber; saber ser, saber estar y saber hacer.

Por eso ¡Menos gritos, Milagritos!



                                                       Margarita Martínez Mechó

domingo, 21 de enero de 2018

EVENTOS EMPRESARIALES Y CORPORATIVOS





EVENTOS EMPRESARIALES
 Y 
CORPORATIVOS



La percepción de los empresarios acerca de cómo comercializar sus productos o servicios, afortunadamente, ha cambiado. Las nuevas tecnologías mucho han tenido que ver en todo este proceso. Globalización implica “abrir fronteras”, pero para ello, se hace necesario descubrir, crear, innovar y aplicar nuevas técnicas de actuación.

Los “Eventos Empresariales y Corporativos” surgen como una necesidad en las organizaciones privadas donde impulsar productos, servicios, valores, principios y cultura empresarial, pero también sus proyectos y los resultados obtenidos.

Este tipo de eventos están destinados a trabajar al cliente externo, pero a su vez, al cliente interno, los propios trabajadores de la organización favoreciendo la motivación y las relaciones interpersonales. El buen empresario sabe, a ciencia cierta, que el potencial de su empresa se encuentra en sus propios trabajadores, por lo que hay que cuidarlos, formarlos y motivarlos.

Los “Eventos Empresariales y Corporativos” se convierten en potentes herramientas estratégicas de comunicación. Cuando el desarrollo del mismo transcurre de manera ordenada, eficaz y cumpliendo con los objetivos previamente marcados, el evento podremos considerarlo brillante, notorio y rentable.

Organizar un acto o evento no implica éxito asegurado en la cuenta de resultados de la empresa. El acto o evento, en sí  mismo, carece de valor si al finalizar no se han visto satisfechos los objetivos definidos.

Para perseguir el éxito es recomendable seguir las pautas que marca el Protocolo Empresarial y que relaciono a continuación:

1.- Objetivos claramente definidos.
2.- Considerar el acto o evento, en sí, como un producto o servicio de nuestra propia organización.
3.- Trabajar para que las fases del acto o evento se desarrollen tal y como hemos planificado.
4.- No dejar lugar a la improvisación.
5.- Centrar la atención en las personas.
6.- Cortesía, educación y buenas maneras a cada uno de los invitados, organizadores y colaboradores.
7.- Velar por la seguridad del acto o evento y de los asistentes.
8.- Difusión mediática. Estrecha relación y colaboración con los medios de comunicación.


Marca,  Imagen Corporativa  y Resultados Económicos del ejercicio empresarial  en juego frente a un acto o evento mal planificado y  mal ejecutado.

Las organizaciones empresariales optan por los actos públicos mixtos por la repercusión mediática que ello supone. La presencia de personalidades o personajes públicos, otorga al acto o evento de un carisma especial. Son una excelente fuente de reclamo de asistentes, patrocinadores, medios de comunicación, followers, influencers,… La difusión está asegurada y los objetivos más cerca de ser alcanzados.

                                           
                                                       Margarita Martínez Mechó