viernes, 1 de enero de 2016

LA POTENCIA DEL SILENCIO

LA POTENCIA DEL SILENCIO





Ya en la antigua Grecia,  Pitágoras de Samos nos habla acerca de la importancia y el valor de los silencios con esta afirmación.
“Escucha, serás sabio. El comienzo de la sabiduría es el silencio”
En ocasiones guardar silencio no solo es adecuado,  sino que es,  correcto y necesario si con ello se evitan situaciones incómodas. Situaciones que pueden afectar negativamente tanto a las relaciones personales como a las profesionales.
Los humanos tenemos la capacidad de indignarnos cuando sentimos que alguien viola nuestros códigos éticos, actuando bajo el influjo de impulsos que no son más que una defensa de nuestra identidad, algo natural e innato en el ser vivo.
Cuántas veces un silencio ha dicho tanto de nosotros frente a aquellos que su pretensión no es  más que la provocación.
Con esto no quiero decir, que cualquier persona que no esté de acuerdo con nuestras creencias, ideologías o forma de entender el mundo o sus peculiaridades,  esté induciendo a una situación conflictiva cuando expone sus argumentos.
En Protocolo, como en el resto de profesiones, la asertividad, la empatía y la escucha activa ayuda,  sustancialmente, a resolver situaciones embarazosas y a mejorar las tareas de comunicación.  No debemos olvidar,  que uno de los pilares en los que se fundamenta el Protocolo,  es crear ambientes afables que contribuyan a propiciar y facilitar las relaciones  interpersonales.
El silencio forma parte de nuestras herramientas estratégicas de comunicación. Por tanto, destacaré tres opciones para utilizar la potencia del silencio atendiendo a su finalidad:
-       Primera. Cuando nuestro objetivo es enfatizar algo que nos ayudará a lograr nuestro propósito.
-       Segunda. Cuando se intenta hacer sentir incómodo al interlocutor provocando la ruptura del silencio (muy utilizado en entrevistas de trabajo y almuerzos de trabajo) y
-       Tercera. La más relevante de ellas, bajo mi punto de vista, el silencio que precede a la escucha activa. Con esta opción, daremos valor a la conversación, al interlocutor y a nosotros mismos.
El silencio disfruta de la capacidad suficiente para hacerse entender, hasta tal punto, que cuando el silencio es retenido, éste se torna abrumador.
         Silencios y palabras elementos esenciales, imprescindibles, invencibles e incansables de la comunicación humana. 

            Recuerde:
            En ocasiones, la palabra más sonora es un silencio.

Margarita Martínez Mechó

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