CORTESÍA
ANTE LOS BUENOS DESEOS
¿Se han parado a pensar a
cuántas personas les envía sus mejores
deseos a través de las entrañables y aparcadas postales navideñas, Whatsapp,
mail, sms, Facebook, Twitter, Linkedin, Instagram, Intranet, …, y han
respondido haciendo uso de la siempre recomendable cortesía?
El acto de remitir una
felicitación, ya sea, con motivo de un aniversario, de una onomástica, de una
graduación, por ser época navideña o de cualquier otro tipo de acontecimiento
que bien merezca una atención, es una
práctica voluntaria en ocasiones con fines comerciales y, en otras, como
deferencia hacia las personas a las que se les tiene cariño, consideración o
aprecio por determinadas circunstancias personales.
Sea en el contexto que sea,
todo cumplido debe ser atendido siempre pronunciándose. En la gran mayoría de los casos se opta por
el silencio, es decir, hacer caso omiso al gesto de gentileza que nos han manifestado.
No solo hay que pronunciarse, es más, hay que hacerlo con cortesía y buenos modales.
Numerosas son las fórmulas
de urbanidad que se pueden utilizar sin necesidad de entablar una dilatada
conversación o de redactar un memorándum. Palabras tan sencillas como:
“Gracias”; “Igualmente”, “Bendiciones”, “Muy amable”; “Agradecido/a”; etc. si
optamos por una respuesta verbal, o dando a un me gusta o recomendación en el
caso de redes sociales.
La gratitud tiene siempre
efectos positivos en la familia, entre amigos, en el trabajo, en el comercio,
en el colegio, en cualquier lugar donde se dispensen servicios, en la empresa,
en la calle, etc. dotando a quien lo practica de poderes sobre el
autoconocimiento interno y la conquista del entorno.
El agradecimiento es
extender la mano hacia los demás haciéndote grande; te permite cambiar la
perspectiva de ver el mundo y de cómo el mundo te ve a ti; te ofrece ocasiones
para captar nuevas oportunidades, así
como, encontrar soluciones a tus problemas.
Me despido de ustedes con un
pensamiento de Séneca el cual comparto íntegramente.
"Es tan grande el
placer que se experimenta al encontrar un hombre agradecido que vale la pena arriesgarse
a no ser un ingrato"
Gracias por su tiempo.
Margarita Martínez Mechó
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