domingo, 22 de noviembre de 2015

COMUNICACIÓN EFICAZ Y EFICIENTE

COMUNICACIÓN EFICAZ Y EFICIENTE

La comunicación surge como una necesidad de los seres vivos y de la sociedad. Comunicar es un proceso en el cual dos o más personas, se relacionan con el objetivo de poder intercambiar emociones, sentimientos, pensamientos, informaciones, experiencias, ideas, e inclusive,  juicios de valor. Por lo tanto, de nosotros depende de “qué” tipo de información queremos compartir, “cuándo” es el momento más óptimo para compartir y “cómo” vamos a compartir e interactuar.

La calidad de cómo comuniquemos revelará nuestra propia identidad, ya que, comunicar supone conectar con nuestras experiencias vitales.
Napoleón Hill decía:
“Piensa dos veces antes de hablar, ya que tus palabras e influencias plantarán la semilla del éxito o del fracaso en la mente del otro”
Mejorar las habilidades comunicativas tiene un impacto positivo tanto en lo profesional como en lo personal. Hay algo que no podemos obviar, y es que comunicamos a través de nuestras palabras, nuestros gestos, e inclusive, hasta con nuestros silencios. ¡Cuidado, no subestimes a los silencios! ¡Ellos, tienen mucho que decir!
Sea cual sea el objeto de nuestra conversación, debemos exponer nuestras opiniones con elegancia, modestia,  claridad y respeto.

La comunicación es una herramienta estratégica de gestión del conocimiento, de la sabiduría y del saber ser, estar y hacer.
En cualquier tipo de interacción humana, profesional o personal, la puesta en práctica de las habilidades de escucha activa y empática, constituye la mejor actitud que podemos adoptar para que todo resulte un éxito desde el punto de vista de la comunicación eficaz y efectiva.

Utilizaremos un lenguaje adaptado a las características de nuestro interlocutor, e intentaremos huir de extranjerismos si el vocablo tiene su equivalencia en español. La pronunciación ha de ser clara y modulada utilizando adecuadamente los elementos del paralenguaje.

La calidad de la conversación no radica en hablar cuanto más tiempo o intervenir cuantas más veces mejor. Un buen conversador es aquel que tiene una estrategia bien definida: Se centra en el tema de conversación (no se va por las ramas), sus intervenciones son precisas (habla cuando puede aportar algo positivo), practica la escucha activa (escucha con atención  la exposición de los demás evitando interrupciones) y controla los tiempos de intervención (para así evitar la fatiga en la atención).


Si la esencia de nuestro pensamiento  se encuentra perfectamente estructurada, utilizamos los elementos verbales, no verbales, la paralingüística de manera apropiada, así como, las habilidades comunicativas que nos proporciona la inteligencia emocional, tendremos todos los ingredientes necesarios para practicar una comunicación eficaz y eficiente.



Artículo publicado en el Diario La Opinión de Murcia el 19 de noviembre de 2015.


                                                 Margarita Martínez Mechó