GENIOS: Mentes Imperfectas |
Albert Einstein (3 años) Fuente: Wikipedia |
Hace apenas unos días,
leyendo un artículo sobre las condiciones que puso Albert Einstein a su esposa
Mileva Maric para seguir juntos, me hizo reflexionar acerca de las consideradas “mentes brillantes”.
No cabe la menor duda de que
la mente de los genios está marcada por multitud de excentricidades. Pero ¿qué
se esconde detrás de estas extravagancias?
Numerosos son los expertos en psicología que afirman que algunos de los
genios que escriben nuestra historia, están aquejados de un trastorno del
espectro autista que se denomina síndrome de Asperger. El descubrimiento de
esta perturbación fue llevado a cabo por el doctor austriaco Hans Asperger en
1944. En su teoría destaca que las personas que sufren de autismo se
caracterizan por ser intelectualmente intactas y que consiguen siempre el éxito
profesional en oficios altamente especializados, más concretamente, en aquellos
de contenido abstracto; matemáticos, físicos, químicos, tecnológicos,
industriales, etc.
Otro experto del autismo,
Simon Baron-Cohen de la Universidad de Cambridge confirma la teoría de su
descubridor relacionando la triada de características y comportamientos
psicosociales que caracteriza al síndrome de Asperger: 1.- Ausencia de
relaciones interpersonales, 2.- Dificultad para comunicarse entre sus iguales y
3.- Comportamientos rutinarios y obsesivos durante su desarrollo.
Esto me lleva a encontrar
una explicación a ciertos comportamientos, particularidades y actitudes personales
de la vida cotidiana de algunas de esas “mentes brillantes”.
Pero si me permiten, me
gustaría compartir con todos ustedes mi modesta opinión sobre lo que es
realmente una “mente brillante”.
Una mente brillante no es
sólo aquel individuo que goza del privilegio de poseer un potencial intelectual
extraordinario, y que consigue alcanzar
la sabiduría y el reconocimiento sometiendo su capacidad cognitiva a un
entrenamiento y sacrificio constante, para alcanzar unos objetivos que
destaquen del resto de los mortales olvidando o abandonando ciertas actitudes
personales.
Una mente brillante es
aquella que aprovechando sus sobresalientes capacidades intelectuales, al mismo
tiempo, consigue irradiar luz e influir de manera positiva en la mente y en el alma de los demás, poniendo en práctica la
empatía, el carisma, la asertividad, la persuasión, la escucha activa y, por supuesto, la gratitud y la humildad.
Margarita
Martínez Mechó