SED DE SIMPATÍA
“LA SIMPATÍA MUEVE DOS CUERPOS
CON UNA SOLA ALMA”
Gaspar Melchor de Jovellanos
La SIMPATÍA es el resultado de la transmisión de un sentimiento tras
un contagio afectivo que, de modo subconsciente, pone en marcha aptitudes
empáticas.
La SIMPATÍA es
una acción positiva y útil, que proporciona bienestar en el propio individuo y
en los demás, facilitando las relaciones interpersonales creando vínculos
afectivos.
¿Qué sucede cuando ponemos en práctica la Simpatía?
Cuando se cultiva la simpatía, se experimentan
sentimientos placenteros, generando reacciones en las sensaciones, sentimientos
activos y conductas proactivas.
Las personas simpáticas a través de sus conductas, transmiten
y proyectan entre sus interlocutores: Ternura, Dulzura, Encanto, Agrado,
Fascinación, Naturalidad, Sociabilidad, Urbanidad, Ánimo, Atracción, Encanto,
Cordialidad, Deleite, Sencillez, Familiaridad, Amabilidad, Cortesía, Felicidad,
Positividad, Estabilidad Emocional, Belleza, Ilusión, Atención, Educación,
Empatía, …
Es por ello que: ¡PELIGRO,
SUJETO SIMPÁTICO A LA VISTA….!, cuando nos vamos a dar cuenta, ya es tarde,
hemos sido hechizados, seducidos y cautivados por su mágica sonrisa, y su carácter
extrovertido y dinámico.
La sonrisa actúa como mecanismo transmisor de este contagio afectivo.
La sonrisa actúa como mecanismo transmisor de este contagio afectivo.
El “Sujeto Simpático”, intentará evitar en todo momento
situaciones conflictivas, creando armonía y buen clima social. Este tipo de
circunstancias le incomodan, le aturden hasta el punto de desconcertarlo.
Las personas simpáticas y educadas suelen ser empáticas.
Ser empático implica ser respetuoso con las opiniones y formas de actuar de los
demás, aún no compartiéndolas. Hay que recordar, que las personas educadas actúan en cada momento de la forma que
procede.
Para finalizar, lo haré con palabras de Baltasar Gracián
refiriéndose a la simpatía y la antipatía.
“CONSISTE
LA SIMPATÍA EN UN PARENTESCO DE LOS CORAZONES Y LA ANTIPATÍA, EN UN DIVORCIO DE
LAS VOLUNTADES”
P.D.: Apréciese la aparición de los tres Reyes Magos
Es verdad que a veces hay sed de simpatía.
ResponderEliminarMuy buena expresión.
Muchas gracias Nuage por su comentario.
EliminarUn cordial saludo,
Margarita Martínez Mechó
Me ha gustado mucho el artículo , pues lo veo muy interesante y ameno.
ResponderEliminarEspero con ansia el siguiente .
Muy agradecida. Espero estar a la altura de sus expectativas.
EliminarAfectuosamente,
Margarita Martínez Mechó
Margarita: a la presente nota la compartí en voz alta con mi señora. Gran aporte para mi aprendizaje. Gracias. Ricardo. San Miguel de Tucumán, Argentina.
ResponderEliminarMi más sincero agradecimiento.
EliminarAfectuosamente,
Margarita Martínez Mechó
Una reflexión muy acertada. Aquel que enarbola una simpatía congénita (la fingida no lo es), es feliz y regala bienestar. Ojalá hubiesen muchas más personas así.
ResponderEliminarMil gracias, José Martín. Totalmente de acuerdo contigo.
EliminarUn afectuoso saludo,
Margarita